"Controlate", dijo.
No es que no tenga razón, es que creo que la palabra cobró total magnitud cuando me la dijo. 
CONTROL. 
Sí, eso que estas perdiendo a cada momento. 
Eso es lo que te hace falta. 



Estoy fuera de control,
estoy harta
estoy deprimida
estoy con ganas de arrancarme hasta la última capa de piel a tijeretazos.

Y, encima, no basta con el asco que siento por mí misma, 
sino que además he tenido que renunciar a una de las pocas cosas que me gustan
pero que me provocan terror cuando pienso en mi cuerpo. 

No sé cuándo volveremos a hacer el amor, 
porque si esperamos a que me sienta mejor temo que pasara un tiempo. 



Perdón. 
Perdoname por ser una gorda que no se puede controlar. 


3 comentarios:

  1. Ey qué triste! No te prives de cosas que te hacen bien, sé que es complicado cuando una no está conforme con tu cuerpo pero esas privaciones solo te harán sentir peor. Ánimo :)

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  2. ........... al comentario de arriba. Con perdón si la ofendo, pero vaya, acostarte con alguien no hace nada nada bien cuando estás odiando cada mm de ti misma. No te privas de eso por gusto. Dios, es que me pongo enferma.
    Bueno que yo entiendo por qué lo haces.

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  3. Me siento muy identificada con esta entrada, y con varias de las que escribes : /
    Animo princesa.

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Son las ideas que caen en mi mente gastada,
que por mis hombros resbalan,
enredadas en mi cabello,
pero no se caen si no que se quedan
en mi pies pegadas,
impidiendo que que me mueva,
que avanze, que salte o que frite.

Son ideas que lastiman, que queman,
pero no puedo vivir sin ellas,
aunque ellas no me dejan vivir.