15 de enero: hoy me encontré pensando en los que se fueron, en los que no volveré a ver nunca y no tendrán un buen nuevo año, porque han quedado en el camino y detenidos en el tiempo.
Te fuiste con 21 años, nunca llegaste a los 22, y ahora que yo voy rumbo a ese momento, me doy cuenta de que nunca volverás a ser más grande que yo.
No sé por qué me importas tanto, no entiendo por qué cada cierto tiempo te recuerdo y me siento culpable por no pensarte cada día.
No te quiero olvidar, supongo. Aunque casi no te haya conocido en los últimos años.
Supongo que tampoco nunca espere que esto pasara y que tan prematuramente te fueras. Es más, en unos meses, ya va a ser un año desde tu partida y yo acá todavía estancada, pensando y llorándote en mi mente.
Realmente no sé por qué todavía pienso en vos...
Hay que seguir viviendo, sin olvidar a los caídos. |
Pero,
yo que si puedo hacerlo,
voy a tener un buen año,
y voy a hacer que valga la pena vivir.