Hay días...
Hay días en que te necesito más que otros. Y aunque quisiera tenerte cerquita para que me abrazes, para que me digas que tdo vale la pena; no quiero que me veas, al mismo tiempo, para que no seas partícipe de la decadencia de mi cuerpo, de mi mente y de mi locura.
Hay días, como este, en que preferiría ser delgada por sobre cualquier otra cosa: como el amor, la familia y la paz. Pero reacciono y me preguntó qué es lo que realmente busca o necesita mi mente.
Hay días como el día de hoy en que busco respuestas a preguntas tantas veces hechas, como: "por qué me hago esto?", "por qué insistó en lo que me hace mal?", "qué quiero realmente?" Y a riesgo de sonar completamente incoherente, no tengo idea de lo que quiero, y será esa la razón por la cual me regodeo en mi propio sufrimiento.
Hay días como hoy en te necesito cerca para que me detengas de mi misma, y los pensamientos que me hacen mal pero que no puedo (no quiero) detener. Pero, al mismo tiempo, no quiero que veas mi espantoso exterior. Porque si bien al amor es ciego, no es insensible al tacto de rollos, arrugas, estrías y demás imperfecciones.
Te amo, que no te queden dudas de eso.
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