Lo que daría por no estar en este abismo negro y depresivo...
O, por lo menos, que no te des cuenta de como estoy.
Es increíble como lo más mínimo puede dejarme sin vida, sin sonrisa, sin felicidad alguna;
y acá estoy: intentando componer los pedazos de un ser que le agrega curitas
a un cuerpo ya sostenido por alambres.
Ojalá yo fuese un alambre,
me evitaría muchos pesares.

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Son las ideas que caen en mi mente gastada,
que por mis hombros resbalan,
enredadas en mi cabello,
pero no se caen si no que se quedan
en mi pies pegadas,
impidiendo que que me mueva,
que avanze, que salte o que frite.

Son ideas que lastiman, que queman,
pero no puedo vivir sin ellas,
aunque ellas no me dejan vivir.