Tranquilidad.
Necesito que me de la luz del sol, que me acaricie con el calor tibio del otoño y que me de paz.
Necesito sentir el viento, el murmullo de las hojas, y olvidarme de mis problemas, de mi lucha, de mi abstinencia de todo lo que considero prohibido.
Necesito tranquilidad.
Siento la cabeza abarrotada de problemas, de cosas que me hacen mal, de cosas que no quiero conmigo, de cosas que no me dejan vivir o pensar calmadamente.
La restricción es mala, así como el exceso. Pero con el exceso no soy más feliz.
Con la restricción, al menos, renace la pequeña posibilidad de que este haciendo algo realmente bueno por mi. Renace la esperanza de que realmente voy a delgazar haciendo lo que hago...
Pero a ver cuánto me dura la esperanza.
Porque la experiencia me dice que nada de lo que hago importa.
Y ahí comienza el remolino de preocupaciones...
Tranquilidad, Omahira, dejate llevar por la inercia de los días.
no tengas esperanza, la esperanza suena a espera, no esperes, actúa, se cada minuto mas ligera que el anterior, es una lucha constante
ResponderEliminarOjala yo hiciera lo que digo :S
Si realmente quieres algo y te esfuerzas por ello, lo vas a tener. Vas a llegar a tu objetivo. Tal vez no inmediatamente, peor lo vas a hacer.
ResponderEliminarYo también necesito tranquilidad...
Besitos Hermosa♥