Hoy amanecí llorando. 

Las lágrimas por momentos no me dejaron respirar. 

Se agolparon en mis sueños mil y un recuerdos

de mil y un personas que no veo o no volveré a ver, 

y solo pude llorar y ahogarme...

Los extraños, los necesito,

no puedo volver a ser yo sin ustedes. 

No lo supero, no te supero.

Miro el cielo, y veo que el mundo hermoso se yergue frente a mí, 

pero aún así, sé que si te busco no te encuentro,

y eso me llena de una profunda tristeza. 

Ojalá deje de llorar y de extrañarte pronto. 

Un nuevo año comienza,
una nueva etapa se abre ante mí,
y aunque siento que las pérdidas que he sufrido hasta el momento me dividen el alma en dos,
no puedo evitar sentirme contenta de empezar de nuevo,
de ir a la facultad y vivir.
Pero tenes que saber que no te olvido,
que todavía me afecta tu partida,
porque fue tan repentina, tan sinsentido que duele aún.

Hay algunas cosas que por más que intentemos olvidarlas
siempre estarán ahí,
en algún lado de nuestras mentes, escondidas, esperando a atacarnos aún a nuestro pesar.
Son cosas con las que debemos convivir cada día,
como lo hacemos con la comida, con la respiración, con la sed y con el hambre.
Aunque, creo, nunca me acostumbraré a esa necesidad que siento cuando el estómago se me vacía y empiezo a sentirme descompuesta porque me falta comida.
No, creo que nunca veré a la comida como algo necesario, y aún así, mi cuerpo se resiste a ese pensamiento.

-Vamos, cuerpo mío, no es para tanto pasar unas horitas sin comer, 

unos días sin comer... 

Toda la vida sin comer. 

(Dejate llevar) 
si tienes algun problema 
(da igual) 
si te ha dejado tu nena 
(Dejate llevar) 
la vida da muchas vueltas 
aprende a rodar 
(Dejate llevar) 

Si tienes algun problema 
(da igual) 
tu sueltate la melena 
(Dejate llevar) 
juntate contigo mismo y ponte a bailar 
(Dejate llevar)