Ya pasó lo peor.
Respiro hondo y pienso:
"hoy es viernes."
Aferremonos a ese hermoso pensamiento,
y pretendamos que nada importa.
Que no importa mi peso,
mis medidas, ni los números.
Pretendamos que solo importamos nosotros dos en el mundo.
Y que no hay nada más entre nosotros.
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