Extraño tu cuerpo, el calor que surge de entre tus dedos entrelazados entre mis cabellos, la dulzura de tus labios cuando me besas, y la presión cálida pero excitante de tu boca y de tu lengua visitando la mía.

Podría ser que esta noche vas a sacarme estas ganas de vos? 
Podrías hacer desaparecer esta hambre irracional que tengo por vos?
Podrías tomarme y hacerme sentir como si fuera la única en el mundo? 


Extraño tu cuerpo abrazándome y relajado junto a mí, cuando todavía  el orgasmo recorre tus venas y las mías.

Te extraño.


Son las ideas que caen en mi mente gastada,
que por mis hombros resbalan,
enredadas en mi cabello,
pero no se caen si no que se quedan
en mi pies pegadas,
impidiendo que que me mueva,
que avanze, que salte o que frite.

Son ideas que lastiman, que queman,
pero no puedo vivir sin ellas,
aunque ellas no me dejan vivir.