Sabia que se me hacia tarde, y no me interesaba. Queria que entrara en mi, sentir su calor cerca de mi piel, su perfume impregnandose en mi pelo; lo queria a el conmigo. Me beso lo senos, y mis pezones se olvidaron del frio; su lengua paseo por mi interior, y mi urgencia pidio que entrara en mi cuerpo.
Entro y fue magnifico. Su cuerpo se mantenia rozando mi piel, mirandome disfrutar cada embestida, besandome apasionadamente...

Solo estabamos nosotros en el mundo.

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Son las ideas que caen en mi mente gastada,
que por mis hombros resbalan,
enredadas en mi cabello,
pero no se caen si no que se quedan
en mi pies pegadas,
impidiendo que que me mueva,
que avanze, que salte o que frite.

Son ideas que lastiman, que queman,
pero no puedo vivir sin ellas,
aunque ellas no me dejan vivir.