Antes me definía como escritora
nunca lo puse en duda y era mi carta de presentación, 
qué pasó con esa persona al cabo de los años?
Por qué ahora estoy más segura de admitir que soy una triste y gris abogada 
dentro de unas cuantas mesas de examenes finales
antes de decir que soy escritora? 
Será que las palabras, las frases, 
las formas de decir cosas hermosas
se me han escapado lentamente de la mente, 
que ahora está llena de artículos y grises e insulsas palabras jurídicas. 
Por qué me siento tan inconforme con lo que voy a ser? 
Será que para mi la justicia es la que existe en mis poemas y en mis cuentos, 
que es más real y verdadera que la que aparece en las leyes abstractas y mentirosas.

Será que la realidad nunca es tan brillante como mi imaginación y mi mundo inventado. 
Necesito mis alas de nuevo, 
siento que debo volar de aquí. 
He pasado 5 años dándome cuenta de que no quiero ser aquello de lo que me voy a recibir,
y esto feliz de al menos haber podido darme cuenta. 
:)

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Son las ideas que caen en mi mente gastada,
que por mis hombros resbalan,
enredadas en mi cabello,
pero no se caen si no que se quedan
en mi pies pegadas,
impidiendo que que me mueva,
que avanze, que salte o que frite.

Son ideas que lastiman, que queman,
pero no puedo vivir sin ellas,
aunque ellas no me dejan vivir.